La quinua es rica en calcio, magnesio, hierro y fósforo. Posee dos veces más cantidad de magnesio que el arroz y el trigo y supera al frejol en más del 20 %.
Con solo 20 gramos de consumo de harina de quinua se cubre el 10 % de los requerimientos de magnesio en niños, adolescentes y adultos, por lo que es una buena fuente de este micronutriente.
En cuanto a las vitaminas, el contenido de tiamina y riboflavina en la quinua es similar al de los cereales comunes. La quinua es una buena fuente de tiamina: consumiendo 22 gramos de quinua entera o en harina se cubre hasta el 20 % del requerimiento en niños de 1 a 8 años y el 10 % en los de adultos y adolescentes. La quinua es una de las mejores fuentes de vitamina E.
También es una fuente excelente de ɣ-tocoferol, de relevancia biológica por su potencial anticancerígeno y antiinflamatorio. La quinua contiene cantidades significativas de vitamina C, cuya presencia no es común en los cereales.
Se ha descubierto que la quinua es rica en ácido fólico, una vitamina B muy importante durante la gestación, porque ayuda a prevenir defectos de nacimiento en el cerebro y la médula espinal denominados defectos del tubo neural. Es también esencial para prevenir la anemia. El contenido de esta vitamina en la quinua es diez veces mayor que en el trigo.